Miope: Diari electrònic

dijous, 6 d’octubre del 2005

Asertividad a destiempo

Padezco una estraña enfermedad que se denomina asertividad[1] a destiempo. Ayer, miércoles, iba yo con la bandeja buscando sitio en el bar del campus para comer y me topé con unas compañeras de trabajo y la gran jefa. Muy amablemente me ofrecen una silla y yo les contesto: “No, a la hora de comer prefiero no hablar de trabajo, me voy a sentar más allá.” Se quedaron con cara de sorpresa y no es para menos. ¿Quién se atreve a decirle a la bravita que no se quiere sentar con ella, porque es una pesada que sólo sabe hablar del trabajo o de su vida, que aún me interesa menos, si cabe? Si incluso hay quién se pavonea el día que sale a comer con ella. Yo pasé ya una vez en esa situación y me dije a mí misma que no lo iba a repetir, con lo cual hasta ahora, había ido escondiéndome por los recovecos del comedor para comer sola o con alguién que me apeteciera; pero ayer me pillaron en un descuido y mi subsconciente en un ataque de asertividad les dijo casi lo que pensaba.


Esta mañana mi asertividad estaba de vacaciones o durmiendo aún. Llego a la parada del autobús 24, miro con cara de desespero si viene, caían chuzos de punta. Pasa una chica y me dice:”El 24 ya ha pasado”. Contéstole titubeante: “¡Ah, sí, vaya!” Pero yo pienso ha pasado el de las 7:39, pero ¿y el de las 7:44?. Total que para no quedarme en una parada, en la que se suponía que no iba a pasar ningún autobús hasta las 9, he empezado a andar hacia la del 14, pensando entre mí, seguro que el otro no ha pasado. Y efectivamente, 5 minutos después ha pasado por mi lado y yo me he sentido la persona más gilipollas y menos asertiva del mundo. ¿Qué me ha conducido a escuchar a la idota que me avisa sin que yo se lo haya pedido? ¿Si yo sabía que el autobús de las 7:44 no había pasado por qué he empezado a andar? Pues por no parecer gilipollas, quedándome en la parada cuando ya me habían avisado. Falta de asertividad se le llama a eso, he hecho algo que no quería hacer y no he sido capaz de dar mi opinión.

¡A destiempo, la ejerzo a destiempo! Ayer teniendo en cuenta que era la gran jefa tenía que haberme callado y hoy con una desconocida debía haber hablado.


[1] Por cierto, ¿a qué espera la Real Academia de la Lengua Española para incluir asertividad en el DRAE?

La imagen es del mejor libro de asertividad que he leído:
Castanyer Mayer-Spiess, Olga. La Asertividad expresión de una sana autoestima
23a ed. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2004